De sobra es por todo conocido que una de las mayores fuentes de placer sexual que tenemos las mujeres es el clítoris. No es la única, pero si es cierto que la estimulación de esa zona provoca infinito placer y orgasmos maravillosos.
Como las mujeres hemos estado un tanto desconectadas de nuestro cuerpo y del placer que podemos obtener con él, nos resulta raro y desconcertante que un hombre nos dedique tiempo y esmero a conseguir que lleguemos al orgasmo.
¡Cuántas mujeres a lo largo de la historia han acelerado al chico a que deje de estimularlas, aún sin haber llegado al orgasmo! Y todo porque la educación recibida nos ha dicho que nuestro placer es secundario o que no importa. Aceleramos al chico, le metemos prisa o nos sentimos mal porque dedican tiempo al sexo oral ¿Cuál es el problema de disfrutar de un buen rato al lado de un hombre que, por otro lado, está encantado de hacérnoslos pasar fenomenal?
El sexo oral es placentero, nos ayuda a conectarnos con el cuerpo, la cabeza se evade de cualquier tema que le preocupe y podemos llegar a experimentar unas sensaciones de placer, que bien merecidas que las tenemos.
Estarás pensando que no todos los hombres son así, o que dónde están esos chicos. Están ahí, en nuestro camino, les gusta consentirnos en la cama, se lo pasan fenomenal así. Una de las cosas más placenteras para un hombre es ver como su pareja se excita y llega al orgasmo con ellos en la cama. Son delicados y cuidadosos, recorren nuestro cuerpo con ternura y disfrutando de cada zona, de cada poro. Tan solo hay que dejarles hacer.
Evidentemente no se trata sólo de ellos, sino también de nosotras. El conocimiento del cuerpo, de todas las zonas que nos provocan placer, de qué límite de estimulación tiene el clítoris, es responsabilidad de la mujer. Aprender a pedir, a dejarnos hacer, a dejarnos consentir, a asumir las riendas de nuestra sexualidad es nuestra responsabilidad. Ellos no son adivinos. Les gusta saber de manera directa y sincera qué nos gusta y que no. O que nos apetece y que no en cada momento. De esta forma el juego de la sensualidad y el erotismo es mucho más divertido.
Sea con sexo oral o de cualquier otra forma que consideres, cuando aparezca un hombre que te quiera consentir en la cama, déjale hacer y tú tan solo disfruta.
Es tu momento, no lo alteres, no lo distorsiones, no lo aceleres…déjate llevar por el placer carnal de estar al lado de un hombre que te desea y te lo hace saber.
-Ruth Fernández-
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