A lo largo de una relación van a surgir innumerables situaciones que van a provocar en los miembros de la pareja roces, dificultades e incluso conflictos.
Esta última palabra, “conflicto”, suele asustarnos mucho a las personas. Por regla general solemos identificarla con grandes broncas, peleas y/o enfrentamientos severos.
Tengo que reconocer que en muchos casos las cosas se nos pueden ir de las manos y llegar a un punto de difícil retorno. Pero no tiene por qué ser así en la gran mayoría de las veces.
Lo primero que tenemos que tener presente y aceptar sin ningún tipo de dudas es que en nuestra relación en algún momento vamos a discrepar con la pareja. Los conflictos son inherentes a las relaciones humanas. Cuanto más, entre dos personas que han decidido compartir su vida. Teniendo en cuenta que ambos procedemos de entornos muy diferentes, éstos nos pueden pasar una mala jugada.
Cada vez que tenemos un desencuentro con el otro, nos asustamos porque interpretamos que ya no nos ama o que va a dejarnos. Tan solo es una prueba. Una situación para que la pareja crezca y refuerce tanto el amor como el vínculo que hay entre ellos. De esta forma se logra construir una relación positiva y duradera en el tiempo.
¿En algún momento de crisis habéis sentido miedo? ¿Te gustaría contarnos cómo has resuelto un conflicto con tu pareja? Te animamos a hacerlo a través de nuestro correo electrónico.
-Ruth Fernández-
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