Anoche Mamá Noel me puso a cien con ese vestido tan provocativo y ese masaje bucal que me dio. Bfff… Sólo de pensarlo me pongo malo. Menos mal que me consoló. Pero aun así, me fui calentito a repartir todos los regalos de Navidad de niños y adultos.

Claro, que ahora el que tiene la ventaja soy yo. Sí, estaré cansado de tanto trabajar, pero ella estará durmiendo cuando vuelva. Ahí tendré mi baza de darle una gran sorpresa y hacerla llegar al éxtasis total.

Sí, soy un poco malo. Lo reconozco. Pero algunos ya lo sabéis. El amor es un toma y daca, un da y recibirás. Y eso es lo que le va a pasar a ella.

Con tanto recorrido por callejuelas y chimeneas he visto muchas cosas. De verdad, muuuuchas cosas. Tantas que mejor no os cuento, que si no, no paro. Eso sí, me han servido de escuela dentro de las relaciones de pareja. Y hoy, 25 de diciembre, cuando vuelva a casa, va a ser un día con el que probar cosas nuevas.

¿Veis ese restreguero de bombillitas de Navidad puestas todas en cables? Cuando termine la noche ya no los voy a necesitar para orientarme. Y los podré usar con otros fines.

Los cogeré y los usaré para atar de manos a Mamá Noel y llevarla al súmmum.

A pesar de que hace frío fuera, en casa hace calorcito. Por eso, habitualmente se acuesta con su braguita y un camisón con lo que lo tendré sencillo.

Empezaré acariciando y besando sus bellos labios para que no se asuste y sepa que soy yo. A continuación, pasaré a sujetar sus manos con los cables de luces al cabecero de la cama. Así podrá estar toda accesible y podrá disfrutar plenamente. Después, haré de ella todo un deleite.

Le aplicaré un ungüento aceitoso comestible por todo su cuerpo. Así estará aún más deliciosamente comestible. Ya lo es de por sí. Pero con el aceite sabor a fresas mejor que mejor.

 

Eso sí, nada más terminar con ello, posteriormente pasaré a limpiar cada uno de sus poros con mi lengua y mis labios. Lo haré de forma concienzuda y delicada. Lentamente. Observando sus respuestas corporales para así saber qué es lo que más le gusta y detenerme en ello.

 

Claro, que su cuerpo no sólo son pechos, brazos y piernas. También posee unos bellos labios vaginales a los que hay que dar más placer aún. Para ello he encontrado una espuma efervescente que se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo. Además, es comestible. Con lo que levarla al éxtasis me va a ser muy sencillo. Primero le aplicaré dicha espuma y después la absorberé con mis sensuales labios y mi pícara lengua con la excusa de que quede toda limpita. Pero en verdad mi finalidad es lamerla, besarla y acariciarla hasta conseguir que llegue al orgasmo.

 

Posteriormente, y si ella quiere, me pondré encima de ella. Esta vez, la finalidad será llevarla al éxtasis total pero con mi erecto miembro viril. Así, hasta que ambos dos quedemos exhaustos y caigamos en un dulce sueño de amor y pasión.

 

Eso sí, por favor, no se lo contéis a ella. Quiero que sea una sorpresa.

 

¡¡Ho, ho, ho!! ¡¡Feliz Navidad!!

 

-Sara Estébanez-