En cada clan familiar hay un guardián de los secretos. En Análisis Transgeneracional podéis verlo como “La Cripta”.  A mí me gusta más hablar de El guardián de los secretos, casi le da un toque mágico, un toque de cuento.

 

Para nada tiene que ver con una connotación infantil, más bien todo lo contrario.

 

Se trata de un miembro del clan que ha sido elegido a nivel inconsciente para salvaguardar los secretos que alberga el sistema familiar.

 

Las familias guardan historias y acontecimientos vividos por sus miembros que se convierten en secretos por el contenido en sí mismo de la historia. Son vivencias que se consideran inapropiadas o vergonzosas para la época y se ocultan al resto de los miembros.

 

Aquella persona que tiene la llave del cofre de los secretos carga sobre sus hombros con una responsabilidad excesiva. Pesan, los secretos pesan mucho.

 

Ser El Guardián no implica que seamos conscientes de que se es y tampoco que se conozca en sí mimo el acontecimiento traumático.

 

El Guardián nota en su cuerpo como una sensación de ocultar algo, de saber algo que no puede decir. Como si dentro de él hubiera una información de alto secreto que no debe contar por lo que pueda pasar.

 

Suelen ser personas calladas, pudorosas, con mucha vergüenza a estar en público, con problemas de espalda (sobre todo en los hombros) por lo que cargan.

 

En la medida de lo posible El Guardián debe liberarse de los secretos que alberga dentro de sí.

 

Es un camino de análisis interior y exterior hasta dar con lo que hay que sacar a la luz. Hacer consciente lo inconsciente.

 

Poner encima de la mesa aquel secreto que se guarda dentro del sistema familiar para liberar al clan de todo lo que conlleva ocultar algo.

 

Poner en palabras lo que pasó para poder renacer y vivir en paz.

 

-Ruth Fernández-