Somos herederos de unos ancestros que se han ido uniendo entre ellos para formar el gran clan que somos a día de hoy.

 

Ese gran árbol, que va creciendo generación tras generación, obteniendo logros y éxitos y también sanando dolores. Ese árbol que a veces se queja porque no brotan nuevas hojas, o porque las que nacen repiten patrones anteriores sin saber muy bien porqué.

 

Cara rama, cada raíz trae una historia en su memoria. Dotan a los herederos de lo que hicieron en beneficio del clan. Quizás no reparemos en que cada acontecimiento ocurrido, narrado o no, explicitado o no, los llevamos en nosotros/as.

 

Conocer nuestra historia, de dónde venimos, qué hicieron nuestros antepasados, cómo vivieron, qué les falto por vivir, a qué tuvieron que renunciar nos va a dar pistas de porqué a nosotros/as en el momento presente nos ocurren determinadas cuestiones. O por qué no evolucionamos como nos apetece. Por qué repetimos patrones. Hay tantos por qué en la vida que podríamos entender mirando a nuestro clan.

 

Investigar en la memoria del pasado es complejo. Hay quien tiene miedo de saber, quien no quiere recordar, quien tiene dudas de lo ocurrido, quien tiene miedo de escarbar y sacar a la luz. Hay secretos guardados, temas ocultados por deshonra o porque se considera “malo” para la época en la que ocurrió.

 

Hay familias que tienen excluidos, que son aquellos a los que se les margina del clan por lo que hicieron o por salirse del guion familiar. Romper lealtades es a veces castigado por el clan con la amenaza de expulsión. Y no hay nada más duro que sentirse excluido de tu propio sistema.

 

Las memorias del pasado están para nosotros/as. Para lo que queramos y/o deseemos. Para conocernos más, para conocerlos más a ellos, para entender las cuerdas que nos atan y que sin invisibles a los ojos.

 

Tus ancestros están ahí para ti. Tómalos. Acéptalos. Entiende lo que hicieron. Libérate de lo que no es tuyo y entrégaselo a quien le corresponde.

 

 

No cargues con peso que no es tuyo. Primero identifica que tienes que soltar y después podrás caminar ligero.

Las memorias del pasado están esperando para ayudarnos.

 

-Ruth Fernández-