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El problema, por decirlo así, porque en sí mismo no lo es, viene cuando te encuentras sin pareja y te gustaría tener una. ¿Por qué digo problema? Alguien que ve esta circunstancia como negativa, lo siente como una carencia, un inconveniente y siente que no lo desea. Tú quieres una cosa, “pareja” en este caso, pero no la tienes. ¿Lo ves? Sientes algo que te falta, por lo que lo estás viendo desde el lado negativo.

Evidentemente, los seres humanos somos sociales por naturaleza. Y, aunque existe la masturbación y la prostitución, para disfrutar del sexo necesitamos a alguien a nuestro lado independientemente de nuestra inclinación sexual. Hasta ahí creo que todos estamos de acuerdo.

Ahora bien, ¿qué ventajas encuentras en no tener pareja? Porque ahí está la clave, si es que realmente quieres tenerla. Coge un papel, divídelo en dos columnas, sincérate contigo mismo o misma y responde a esta pregunta tan sencilla. Te la repito. ¿Qué encuentras como positivo en el hecho de no estar con alguien? Anota cada una de tus respuestas en la columna de la derecha del papel. Después de tomar conciencia de tus porqués, vuelve a preguntarte si realmente deseas tener a alguien a tu lado.

A continuación, coge otro papel y haz lo mismo, divídelo en dos columnas y responde a estas otras dos preguntas en la columna de la derecha. ¿Qué buscas que te aporte una pareja? ¿Qué sientes que ahora mismo no tienes y crees que una pareja te va a dar? Contéstalas con sinceridad en tu columna de la derecha.

Si te has fijado, con estas cuestiones, lo que he hecho es llevarte a tus dos polos de “bien” y “mal”. Ahora vamos a aunarlos, saliendo de la dualidad y yéndonos al Todo. Coge tu lista de “ventajas” y reformula cada una de las frases de manera que ahora incluyan la presencia de una pareja. Por ejemplo, si has puesto como ventaja “Tengo tiempo libre para mí.”, puedes transformarlo en “Tengo momentos en los que me dedico a mí mismo/a y otros que comparto con mi pareja”. Y así con todas y cada una de tus respuestas.

Una vez hayas terminado con todas tus ventajas, toma tu otra lista, la de los inconvenientes, y busca la forma de darte a ti mismo/a aquello que sientes que no tienes y crees que una pareja te va a aportar. A parte del sexo, del que ya hemos dicho que necesitamos de alguien, seguro que has puesto más cosas que anhelas. ¿Verdad? Pues coge cada una de tus carencias y busca el modo de darte aquello que sientes que no tienes. Apunta en la columna de la izquierda qué acción o acciones te comprometes contigo mismo/a a llevar a cabo para darte aquello que crees que no tienes.

¿Por qué esto? Sencillo. En realidad nadie nos da nada. Somos nosotros los responsables de darnos aquello que anhelamos.  Desde pequeños nos han enseñado todo lo contrario. Nuestros adultos nos han “exigido” que hiciésemos esta o aquella cosa y así ellos se sentirían felices y estarían contentos con nosotros. Después, nosotros hacemos lo mismo. Imitamos lo aprendido. Y creemos que los demás son los que tienen que darnos aquello que sentimos que nos falta. ¿Por qué no te lo regalas tú mismo o tú misma? No esperes a que nadie te de nada. No pongas tu felicidad en manos de nadie. Coge tu cetro de poder y permítete regalarte todo aquello que anhelas. Toma tu lista de “inconvenientes”  y piensa qué puedes hacer tú para darte todo aquello por lo que suspiras. Apunta en la columna de la izquierda qué te comprometes a hacer para darte todos esos “caprichos” que creías que una pareja te podía dar y tú no. Ahora ya sabes que todos esos regalos te los puedes auto regalar a ti mismo o misma.

Una vez transformadas las dos columnas de la derecha, toma las columnas de la izquierda de cada uno de los papeles, ordénalos por orden de preferencia o por orden de facilidad de consecución, como más te guste. A continuación, vete haciendo una lista de las acciones que vas a llevar a cabo a partir de ahora, eso sí dirigidas a cada una de los puntos que habías a notado y comprométete contigo mismo o misma a llevarlos a cabo.

¡Manos a la obra!

-Sara Estébanez –

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