El cuerpo es sagrado. Debemos cuidarlo de todas las maneras posibles. Alimentación equilibrada, ejercicio, buenos pensamientos, relaciones sociales agradables y eliminar toda energía negativa que nos rodee. Esto es básico para un buen funcionamiento a nivel vital. Quizás estarás pensando que cumples la gran mayoría de las premisas que hemos escrito. Estamos convencidas de que hacéis todo lo posible por cuidaros en todas las esferas de la vida.
Ahora déjanos que te preguntemos ¿también lo haces a nivel sexual? Sí, has leído bien. La sexualidad es placer pero al mismo tiempo deber de ser sagrada. Con esto no estamos queriendo decir que no mantengas relaciones sexuales y que las abandones, sino más bien que seas consciente de lo que supone dejar entrar en tu cuerpo a alguien. ¿O dejarías entrar en tu casa a cualquiera? Con el cuerpo debemos de hacer lo mismo.
La búsqueda del placer inmediato nos hace olvidar que la energía sexual es muy potente y debe de estar en conexión con la nuestra. Aquellas personas que con las que nos acostamos deberían estar conectadas energéticamente con nosotros. El cuerpo es un Templo Sagrado que no debería ser visitado por cualquiera. En cada encuentro sexual se produce una unión de las energías que es revitalizador y magnifico para ambos miembros.
Pero no con todo el mundo tenemos la misma vibración energética. De hecho somos incompatibles con algunas personas pero a nivel sexual no solemos tenerlo muy presente. Cada vez que nuestro cuerpo se une a alguien con quien no compartimos energía y que vibra en frecuencia más baja que nosotros estamos dejando que nos consuma la vitalidad y que “ensucie” con sus historias pasadas nuestro cuerpo.
Recordemos que cada vez que nos acostamos con alguien también lo hacemos con todos aquellos que con los que esta persona ha mantenido relaciones sexuales. Viceversa también se da.
Se trata esto que os contamos de abandonar las relaciones sexuales, evidentemente no. El objetivo es aprender a ser selectivo y tomar conciencia de cómo es nuestra energía y así poder tener encuentros con personas que energéticamente sean iguales o lo más parecido posible a nosotros.
Por si alguien se está preguntando ¿y cómo hacemos esto? Lo primero que debemos es tomar conciencia de cómo estamos nosotros. Revisa que le pasa a tu cuerpo. Y de cómo responde ante la presencia de otros/as. Este ejercicio lo puedes hacer a lo largo del día, así lo puedes practicar y tenerlo en cuenta de un modo fácil. También te puede valer recordar aquellas ocasiones en las que después de haber mantenido relaciones sexuales tu cuerpo ha estado cansado, exhausto, como con décimas de fiebre, tos, boca seca… Estos síntomas no son del ejercicio físico sino de la perdida de energía.
Después cuando alguien despierte la llama del deseo, escúchate a ti y a tu cuerpo, ¿qué te está contando? Si la respuesta es el aumento del deseo y de la energía, déjate llevar. Ríndete en este caso al placer, tu cuerpo agradecerá ese encuentro revitalizante.
Si por el contrario te invita a dejarlo para otra ocasión, hazle caso. En la sexualidad se trata de tener encuentros de calidad no de cantidad.
-Ruth Fernández-
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