Seguro que has oído hablar de ella. Está muy en boca de todo el mundo, “hay que ser responsable emocionalmente”.
Estoy de acuerdo con ellos/as. Claro, no todo el mundo que lo dice lo practica realmente.
¿Qué es la responsabilidad emocional? En realidad la respuesta es más compleja de lo que parece. Haciendo un resumen sería así “asumo que mis palabras y actitudes, tanto por acción como por omisión, afectan a los demás”.
La primera fase de la responsabilidad emocional tiene que ver con uno mismo/a. Entender qué tipo de lenguaje suelo usar de manera más común, cuáles son las acciones y emociones que predominan en mí, cómo influyen todo en mi día a día…
Una vez hemos mejorado en el conocimiento personal hemos de aprender de qué manera todo esto afecta en el exterior. Aquí se abre un periodo de observación profunda para después poder modificar lo que sea conveniente.
Para completar hemos de saber qué es responsabilidad nuestra y qué no. El otro/a también ha de ser responsable de su comportamiento, emoción y palabras. Esto ya complica el juego de las relaciones interpersonales.
Comienza por ti y por un profundo conocimiento de ti mismo/a.
Hazte responsable de tu parte. Que el otro/a vea cómo se hace responsable o no de lo que le corresponde.
-Ruth Fernández-