Uno de los primeros motivos de la inapetencia sexual y de que el deseo se apague es la monotonía. Muchas veces, las parejas nos vemos inmersas en una rutina de la que no sabemos cómo salir. Esto hace que el tedio y el aburrimiento llamen a la puerta sin saber ni cómo ni por qué. Sobre todo en el caso de las relaciones sexuales.

Encontramos una postura sexual con la que disfrutamos enormemente y no nos planteamos la posibilidad de hacer nada diferente. Es que ni se nos pasa por la cabeza. “Si así disfruto, ¿para qué probar algo diferente?” es una idea que ronda frecuentemente por nuestras mentes. Pero ese inicial goce del principio, poco a poco pasa a convertirse en algo monótono y aburrido.

Al principio, pasa totalmente desapercibido. El aburrimiento en la cama es algo a lo que no damos la más mínima importancia. Las cosas son así. Lo damos por sentado. Lo vemos como algo normal que le pasa a todas las parejas. Pero, en verdad, esto no es así. Hay parejas que disfrutan enormemente de sus relaciones a todos los niveles, incluido el sexual.

Para ello no hacen nada extralimitante ni fuera de órbita. Lo único que hacen es innovar, probar cosas nuevas. No se limitan al tradicional “sota, caballo y rey”. Prueban posturas nuevas, hablan entre ellos y acuerdan juegos nuevos. Esa es la clave. Por eso hoy os vengo a proponer una postura nueva. La postura de la rana.

Esta es una de las posturas en las que la mujer se posiciona encima del hombre a la hora de realizar el acto sexual. Se sienta a horcajadas, pero dándole la espalda. En ella, la mujer domina toda la situación. Ella es la que impone el ritmo y la profundidad de la penetración.

Esta misma postura la pueden adoptar dos hombres. El que es penetrado será el que se ponga sobre su pareja dándole la espalda. Lo único que cambia es el “agujero” que se tapa.

Además, si sois “tímidos” a la hora de dejar ver al otro cuán gozoso os está resultando el acto sexual en estos momentos, esta postura es ideal pues los dos estáis mirando en la misma dirección. Vuestras caras no están enfrentadas, por lo que vuestras expresiones faciales no podrán ser percibidas por la otra persona a no ser que tengáis un espejo frente a vosotros.

Recuerda, aquí lo importante es que los dos disfrutéis y evitar la monotonía. Estas son dos claves fundamentales en todo tipo de relación sexual. Son básicas.

¿Por qué no probar “La rana” esta noche? Hoy puede ser una noche especial en la que salir de la rutina.

-Sara Estébanez-

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