Quizás no te hayas dado cuenta de cómo influyen las palabra que utilizas en tu vida en general, y concretamente en la sexualidad. El discurso interno y externo que usamos para referirnos a la parte de la erótica afecta de manera directa e indirecta al placer, al disfrute. Incidiendo en muchas de las disfunciones sexuales que hay.
Desde la parte de terapia y crecimiento personal intentamos hacer conscientes a las personas que acuden a nosotras en la importancia que tiene hablar bien. La educación es fundamental, pero nos gusta ir más allá.
Quiero que tomes un momento, cierres los ojos y te digas a ti mismo estas dos frases “eres un ser maravilloso” y “eres incapaz de hacer nada bien”. Verás cómo ante estos dos mensajes tu cuerpo ha emitido diferentes señales y sensaciones. Curioso, ¿verdad? Puedes repetir el ejercicio con otras frases o también puedes empezar a tomar conciencia de cómo te hablas a ti mismo y cuáles son las sensaciones del cuerpo. Y así de potentes son las palabras.
En el terreno de la sexualidad ocurre lo mismo, llegando incluso a afectar de tal forma que generan disfunciones sexuales que impiden el placer a las personas.
Es muy común en el lenguaje popular utilizar expresiones como “eso de ahí abajo”, “hacemos eso”, “el soldadito”… y otras muchas que están a la orden del día. Seguro que si dedicamos un rato entre todos podremos encontrar un sinfín de comentarios de este tipo. Y probablemente no te hayas parado a pensar cómo están influyendo en tus relaciones sexuales.
Os vamos a poner un ejemplo. Dentro de vaginismo, hay muchas mujeres que conciben el pene en erección como una espada, y suelen verbalizarlo “viene el pene y está ahí y me persigue”. Esta concepción de separar el pene de sus parejas sentimentales genera dificultades para que la musculatura vaginal se relaja y perciba el encuentro como al placentero. Más bien parecen espadas que van a la batalla y así es complicado pasarlo bien.
Esta concepción hace que dentro de la mente la visualización sea de algo malo y peligroso para las mujeres, entonces su cuerpo reacciona aumentando la señal de alerta y poniéndose a la defensiva. La musculatura se tensa, se produce el cierre de la zona vaginal porque se percibe un ataque.
Fijaros hasta qué punto es poderosa la palabra. Si además a esto le sumamos las creencias y/o pensamientos que existen con respecto a la sexualidad tenemos la coctelera perfecta para que aparezcan miedos y disfunciones sexuales que alejan a las personas del placer y la relajación.
Os invitamos a revisar las palabras que dedicáis a vuestra sexualidad, ya sea solos o acompañados, y empezar a cambiarlas por otras más amorosas, más eróticas y sobre todo más ajustadas a la realidad. El pene no es un soldadito ni una espada. La zona genital “no es eso de ahí abajo” y así hasta que podamos sanear entre todos el vocabulario de la sexualidad y el erotismo.
-Ruth Fernández-
Desde Caricias y Besos nos gustaría acompañarte en ese camino de autoconocimiento y crecimiento personal dotándote de todos los recursos necesarios para que puedas alcanzar una vida plena y feliz. Y de este modo la puedas llenar de pasión.
Si deseas encontrar pareja, aumentar la pasión con ella y mejorar tus relaciones, pincha en Caricias y Besos, y dale a “Me Gusta”.
www.facebook.com/relacionesdepareja/
Visita nuestra web:
Allí encontrarás más artículos e información.