En realidad, las parejas sentimentales que tenemos son siempre maestros nuestros. Vienen  a enseñarnos algo que no sabemos y que es bueno para el crecimiento personal. Esta relación es bidireccional, ambos miembros de la pareja aprenden y enseñan. O por lo menos esto es lo deseable.

Si analizamos de una manera un poco más profunda y teniendo en cuenta el Transgeneracional, hay personas que aún son más espejo para nosotros/as.

Os lo explico mejor con un ejemplo. Para alguien que nació el 30 de julio y cuyo periodo de nacimiento está contemplado entre el 23 de julio y el 6 de agosto, para poder tener margen de maniobra. Sus maestros estarían en enero, entre el 23 de enero y 6 de febrero. Esto explicado así de manera rápida.

Llevándolo a la práctica, hay dos preguntas que ambos miembros estaría bien que se hicieran: ¿Qué me encanta del otro? Y ¿Qué no soporto del otro?

Estas dos preguntitas tienen su miga, porque al final se trata de observar al compañero de camino y ver un espejo todo el día reflejándome cosas mías. Me guste o no me guste, lo entienda o no lo entienda, ahí está su reflejo todo el día.

Para aclarar estas preguntas lo hago también con un ejemplo. Si lo que me encanta del otro es su sentido del humor, eso significa que yo también lo tengo aunque no sea muy consciente de ello. Si lo que no soporto es que a veces habla mal de otros, me tengo que preguntar ¿yo hablo mal de otros? Estamos utilizando el espejo para interpretar lo que vemos.

Suelen ser relaciones muy intensas y con mucha carga emocional. Tanto las discusiones como el deseo y el erotismo son muy fuertes. La afinidad y la preferencia por el otro son muy importantes, lo que puede facilitar la relación. Entender quién es mi pareja, saber qué vino a enseñarme lecciones que me van a hacer crecer puede facilitarnos la relación. También entender que el otro, también está aprendiendo.

La vida sabe a quién ponernos en el camino. Aparecerán esas personas que nos va a ayudar a crecer y sanar en nuestro propio aprendizaje.

-Ruth Fernández-