¿Te has preguntado alguna vez qué hace que dos personas ante la misma situación respondan de manera diferente? Hay muchos factores que condicionan nuestra respuesta ante un estímulo. Los más relevantes son nuestras creencias, los objetivos que previamente nos hemos establecido y nuestros valores.
Hoy vamos a centrarnos en los valores. Pero como podrás comprobar, estos tres elementos anteriormente citados están íntimamente relacionados.
Los valores son las ideas o principios que determinan nuestra forma de ser y las acciones que llevamos a cabo. Son el motor que hace que actuemos del modo como lo hacemos y no de otra forma. Gracias a ellos, sabemos qué hacer en cada momento. Pero cada uno de nosotros tenemos nuestra propia escala de valores. Esto hace que cada uno de nosotros respondamos de diferente modo ante un mismo suceso.
Los valores en las relaciones de pareja
Pongamos por caso una familia con un niño pequeño que le pide a su padre que quiere jugar. Hasta aquí todo perfecto. Es una situación normal en un ambiente familiar cualquiera. Pero dependiendo de los valores que tenga el padre, éste responderá de un modo o de otro.
Pongamos para este ejemplo dos padres totalmente diferentes. El primero tiene como valores principales la profesionalidad, el poder, el dinero y el liderazgo. Mientras que el segundo hace prevalecer la familia, el amor y la compasión. ¿Te imaginas las dos situaciones? La respuesta de cada progenitor será totalmente diferente.
El primero, lo más seguro es que le dirá al niño que no tiene tiempo para tonterías, que no le moleste, que se deje de cosas absurdas y se ponga a hacer algo provechoso como estudiar… Y así un largo etcétera de posibles “recriminaciones” ya que el jugar no es algo compatible con ser el mejor en el trabajo, no es productivo y no reporta beneficios económicos.
En el caso del segundo progenitor, la contestación será diametralmente opuesta. Lo más seguro es que deje lo que está haciendo e invierta cierto tiempo a jugar con su hijo.
Fíjate que ante una simple pregunta de “Papá, ¿jugamos un rato?”, nos encontramos con respuestas totalmente enfrentadas entre sí. Pero esto que parece tan simple y banal, no lo es tanto. El orden de prioridades de las personas va a condicionar el tipo de relación que mantenga con los demás. Por eso es tan importante que tengamos en cuenta nuestros valores y los de la persona con la que vamos a formar pareja.
Cada uno puede tener su propia escala de valores
Esto no significa que debamos hacer una encuesta el primer día que conocemos a alguien, ni que ambos dos deban tener la misma escala de valores. Todo lo contrario. Cada uno puede tener su propia escala. Pero si ambos dos tienen principios totalmente opuestos y no se respetan el uno al otro, el plato de la discusión de pareja está servido.
Imagina que tú eres una persona que tiene como valor principal el amor libre y tu pareja tiene en alta estima la monogamia. ¿Ves la incongruencia? Entretanto uno fundamenta vive su vida manteniendo relaciones carnales con toda aquella persona que le apetece, el otro se basa en la individualidad, por lo que o se llega a un acuerdo entre ambos, o los altercados y las broncas serán el pan nuestro de cada día.
Ejercicio de valores para una pareja feliz
Por este motivo, es recomendable que cuando comenzamos una relación con alguien, veamos y analicemos los valores de cada uno y cómo interactúa la suma de todos y cada uno de ellos. Para ello te propongo el siguiente ejercicio:
- Haz una de tus 5 principales valores.
- Ordénalos de mayor a menor importancia.
- Estamos de rebajas. Quita uno de ellos y quédate con cuatro.
- Vuelve el momento de rebajas. Quita otro y quédate con tres. Estos son tus tres principales valores.
- Ahora coge cada uno de ellos y responde a estas preguntas:
- ¿Cómo definirías este valor?
- ¿Qué te aporta?
- ¿Qué consecuencias tiene vivir en relación a este valor?
- ¿Cómo sabes que estás viviendo en relación a dicho valor? ¿Qué acciones te confirman que estás viviendo acorde con él?
Hacer este ejercicio y responder a estas preguntas te va a ayudar a dar significado a lo que haces y a las decisiones que tomas cada día.
Si además lo realizas con tu pareja, podréis establecer un vínculo más fuerte y unos pilares en los que basar y fundamentar vuestra relación.
Consejos finales para trabajar los valores de pareja
Lo más seguro es que cada uno de vosotros haya elegido diferentes valores. Ahora está en vosotros hacer un parón momentáneo, analizar las semejanzas y diferencias entre lo que cada uno de vosotros ha puesto para cada uno de sus valores y las acciones que los potencian. Una vez realizado esto, lo ideal sería que analizaseis cómo puede cada uno de vosotros hacer una aportación a los valores de la otra persona y llevar a cabo una negociación para ayudar al otro a potenciar cada uno de sus valores. Y he dicho “negociar” porque esto es una negociación a dos partes. Los dos dais y los dos recibís.
Claro, que si los valores que tenéis cada uno son totalmente opuestos como los del caso anterior de nuestro padre, la cosa puede complicarse un poquito. Pero si el amor es lo que prevalece, siempre podréis llegar a un punto intermedio en el que los dos sintáis que estáis viviendo acorde con vuestros principios a la vez que potenciando un vínculo de unión entre vosotros. El amor todo lo puede.
– Sara Estébanez –
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