Las relaciones sentimentales, en la medida, de lo posible, han de tener equilibrio y estar bien balanceadas. Esto no significa igualdad de nivel al 100%. Eso lo que quiere decir es que si existe un desnivel entre ambas personas no sea tan grande como que haga la relación compleja y costosa.
Hemos podido escuchar durante años y años la creencia de “polos opuestos se atraen”, y, si bien es cierto, que en muchos casos las relaciones comienzan por ahí, cuando va pasando el tiempo empieza a notarse cuál es la posición de cada uno.
El equilibrio más importante habría de estar en los valores, la forma de ver la vida y las inquietudes vitales.
Personas con valores muy diferentes hacen difícil la relación, porque en la cotidianidad de la vida es dónde demostramos cómo somos. Si una persona es muy egoísta y sólo piensa en sí misma, es difícil que le funcione una relación con alguien generoso y que piensa en el bien común.
Alguien que quiere ser padre/madre y lo tiene claro, es difícil que cuaje una relación con alguien que tiene claro que no quiere vivir esa experiencia. Esta situación, bastante más común de lo que parece, hace que las personas que sí que quieren ser padres/madres estés esperando un cambio del otro/a. Cambio que no tiene porqué llegar y pasaríamos a otro problema mayor.
Os he puesto ejemplos de desniveles que hacen las relaciones complicadas. Revisa tu relación y observa y analiza si dentro de tu relación hay desniveles. Y si existen, si son salvables o no.
En el caso de que notes que hay algo que os separa, háblalo con tu pareja. Ir a terapia puede ayudaros a entender si realmente es insalvable.
-Ruth Fernández-