Como dicen Les Luthiers en uno de sus temas “¡Y cómo lastiman los celos!”. Y la verdad es así. Los celos son una emoción enormemente perjudicial tanto para el que los sufre, como para la persona sobre la que se sienten.
Normalmente, los celos se suelen tener sobre la pareja. Pero no es en la única situación que se dan. También se pueden sentir celos de un familiar o un amigo. Sin embargo, en el caso del familiar es más bien un sentimiento de celos por envidia, que no celos por miedo a perder a tu pareja o a tu amigo. En este artículo nosotros vamos a tratar el tema de los celos desde el punto de vista de la pareja.
La base principal que los origina es el miedo a perder a la persona amada. Miedo a que busque fuera lo que no encuentra en la relación de pareja en la que se encuentra.
Si nos paramos a analizarlo detenidamente, nos daremos cuenta de que esto se encuentra enormemente relacionado con un complejo de inferioridad, de “yo no puedo darle a mi pareja lo que ella necesita”. Sin embargo, ya partiríamos de una premisa falsa, ya que si tu pareja no te quisiera, no estaría contigo. ¿No te parece?
El problema es que cuando una persona es celosa, no para de dudar de su pareja. Imagina situaciones y hechos que no son ciertos. Busca en el móvil de su pareja la conversación de whatsapp inexistente o la llamada de alguien sospechoso. Y esto sí que es un problema. ¿Por qué?
Si lo analizamos desde el Principio de Mentalismo, nos daremos cuenta de que en realidad estamos atrayendo a nuestra vida lo que en verdad no queremos. Con ese pensamiento repetitivo de “Me está poniendo los cuernos.”, unido a la emoción de desánimo e inquietud, lo que estamos haciendo, realmente, es aplicar la fórmula correcta para atraer a nuestra realidad aquello en lo que estamos pensando. Claro, que en este caso, lo que estamos pensando y sintiendo, en verdad no lo deseamos. Pero como no paramos de repetirnos incesantemente frases relacionadas con el engaño y nuestros comportamientos de duda y sospecha, estamos poniendo toda la energía en el engaño.
¿A qué puede llevar esto? A la profecía autocumplida. A que “por fin” tengamos razón y realmente nuestra pareja haga guiños a otra persona y finalmente nos abandone por ella.
¿Qué hacer en estos casos? Para empezar, anular esos pensamientos negativos que nos van surgiendo y sustituirlos por pensamientos positivos y repetirnos estos últimos de forma repetitiva. Pongamos un ejemplo para verlo más claro.
Imaginemos a una persona que no le para de venir a la mente el siguiente pensamiento: “Mi pareja ya no me quiere y se va a marchar con otra persona.” La cosa es que no puede controlar que esta idea le venga a la mente. Pero lo que sí puede hacer es anularla y poner en su lugar otra totalmente opuesta diciéndose algo como “Mi pareja está conmigo porque me ama.” Y repetírsela internamente hasta la saciedad, como si fuese un mantra.
De este modo estará creando la realidad que realmente desea.
Pero aún hay más.
Cuando tenemos pensamientos negativos, nuestra vibración baja. Estamos más mustios, más propensos a padecer cualquier enfermedad o dolencia y más desprotegidos ante las situaciones del día a día.
¿Cómo hacemos para elevar nuestra vibración? Igual que antes. Teniendo pensamientos positivos opuestos a los que han creado ese bajón de energía.
Pero no lo dejemos todo a los pensamientos. Sí, estamos en un mundo donde nuestra mente crea nuestra realidad, pero los hechos también cuentan. Por mucho que una pareja imagine que la mujer se queda embarazada y tienen un hijo, si no mantienen relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos y/o van a un programa de fecundación asistida, poco podrán hacer.
Pues esto es lo mismo. Con nuestros pensamientos de que nuestra pareja nos ama con gran pasión y deseo, podremos dar algún pasito para asegurar que nuestra pareja se quede con nosotros. Pero si llevamos a cabo acciones que ayuden a fortalecer la relación mucho mejor.
¿Cómo?
Hablando con tu pareja, contándole tu problema, pidiéndole ayuda para resolverlo. Incluso, pidiendo ayuda de un profesional. Una persona imparcial en todo ello lo puede ver sin tener una implicación emocional y ser imparcial en todo ello.
Otra clave fundamental es el respeto. Cohíbete de vigilar su teléfono y su correo. No controles todo lo que hace. Sé que esto al principio puede resultarte algo complicado. Pero si en su lugar te centras en las cosas positivas que hacéis juntos y en el amor que sientes por tu pareja, te resultará más fácil confiar en ella. La confianza es básica en todo tipo de relación y mucho más en una de pareja.
Y aquí he dicho otro elemento primordial, el hacer cosas juntos. Muchas veces ese sentimiento de desconfianza y miedo a perder a tu pareja tiene su origen en que vuestra relación ha caído en la rutina y no paráis de hacer las obligaciones de siempre y nada más.
Ideas para salir de esa rutina hay muchas. Proponle iros un fin de semana juntos, ir al cine, tener una cena romántica los dos solos en casa o, por qué no, jugar a algo los dos juntos. Y si ya el juego está relacionado con alguna de vuestras fantasías sexuales, para qué queremos más.
Imaginación al poder.
-Sara Estébanez-
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