Hoy vamos a tratar un tema básico, SER FIEL A UNO MISMO.
¿Te has encontrado alguna vez diciendo que SÍ a alguien cuando realmente querías decir que NO? De esto va nuestro artículo de hoy.
Muchas veces, nos encontramos haciendo cosas que no nos apetece hacer, que no nos aportan nada, que consideramos una pérdida de tiempo y que nos sacan de nuestro camino de vida.
Los motivos que nos llevan a ello son varios. Ya sea por miedo a la confrontación, por temor a las represalias del otro, por la falsa creencia de que un verdadero amigo o una buena pareja siempre está el servicio del otro.
Incluso, en muchos casos, caemos en la falsa creencia de que si hacemos algo que nos ha pedido el otro, en el futuro la persona de enfrente nos deberá pagar con la misma moneda. Inconscientemente, anotamos en su cuenta del “debe” aquel día que hicimos aquello que tanto deseaba, pero que a nosotros no nos apetecía. Y ahí es donde empiezan los malentendidos, los rencores y las desavenencias en las relaciones con la pareja.
Nadie está al servicio de nadie. Uno debe seguir lo que su corazón le dicte, no lo que la persona de al lado decida que ha de hacer.
Invertir nuestro tiempo en nuestras prioridades y no en las prioridades del otro es algo básico que nuestros padres deberían enseñarnos cuando somos pequeños. El problema es que ellos tampoco lo sabían.
Al decir SÍ a lo que el otro nos pide sin tener en cuenta nuestra verdadera opinión, nos vemos inmersos en un círculo vicioso. En él nos encontramos haciendo cosas que no nos agradan o invirtiendo tiempo con personas que no nos llenan a nivel personal o nos restan energía. Esto, a la larga, hace que nos desinflemos, que nos encontremos bajos de ánimo, que perdamos la ilusión y que no encontremos el tiempo ni el momento para hacer las cosas que realmente nos llenan a nivel personal.
La clave está en decir NO al otro cuando realmente así lo sientes. Cuando estás diciendo NO al otro, te estás diciendo SÍ a ti mismo o misma. Estás diciendo SI a tus sueños, a tus necesidades, a todo lo que tu corazón añora. En definitiva, te estás diciendo SÍ a ti. Si tú no cuidas de ti, nadie lo hará por ti.
Es fundamental que haya coherencia entre lo que sientes, lo que dices y lo que haces. Si no, tu cuerpo enfermará. Vemos cómo hacerlo de forma proactiva.
En coaching hay una clave que damos a nuestros coachees: EL SÁNDWICH. ¿Sabes en qué consiste? Si no lo sabes, en breve lo aprenderás para siempre. ¿Te has comido alguna vez un sándwich? Seguro que sí. En él tienes tus dos trozos de pan y el relleno. ¿Verdad? Pues en eso consiste.
En este caso, tu primer “pan” va a ser algo bueno sobre la propuesta que te ha hecho tu interlocutor. Es la base de todo. Después colocarás el “relleno”. En él pondrás las objeciones y declinarás su propuesta. Por último, queda el “pan” para cubrirlo todo. En él puedes colocar una propuesta alternativa.
Veámoslo con un ejemplo, que resultará más sencillo.
Pongamos que tu pareja te propone ir los dos solos al cine, pero a ti no te apetece. Mira lo que le podrías decir:
“PAN”: Es una buena idea, me gusta
“RELLENO”: pero en estos momentos no me parece buena idea, no me apetece, estoy cansad@
“PAN”: ¿Qué te parece si vamos el fin de semana que viene en su lugar?
Si te fijas, la clave está en hablar desde ti, desde lo que tú sientes, lo que te apetece hacer o lo que tu corazón te pide, no desde lo que hace o dice el otro. Decir NO cuando quiero decir NO y ser auténtico/a contigo, ahí está el quid de la cuestión. Cuanto más te respetes tú a ti mismo, más lo harán los demás. Como decíamos antes, el no hacerlo te lleva al reproche hacia ti y hacia el otro.
Claro, que cambiar las cosas de la noche a la mañana no siempre nos resulta sencillo. Para ello te damos a continuación dos pequeños ejercicios.
El primero que te proponemos es que antes de responder te tomes tu tiempo. Adoptar un comportamiento nuevo, al principio del aprendizaje, no siempre es fácil. Pero si, antes de contestar, nos damos un tiempo para recapacitar, nos resultará más sencillo adoptar la nueva actitud. Por ello, te recomendamos que cuando alguien te plantee una pregunta a la que tú quieras contestar que NO, pero estás tentado a decir que sí por no saber qué contestar, permítete tomarte tu tiempo antes de responder. Así evitarás hacer lo mismo de siempre y podrás adoptar tu nuevo comportamiento. Como dice Goleman:
“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso
se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria.”
Daniel Goleman
El segundo ejercicio es más divertido aún si cabe. Para consolidar lo aprendido el ser humano se basa en la repetición. Por eso hemos pensado en la posibilidad de que practiques el juego del NO. Tírate unos cuantos días diciendo que NO a todo o que te propongan, incluso aun interesándote. Un rato después, si realmente te interesaba y querías decir que SÍ, vuelve a tu interlocutor y dile que has cambiado de opinión.
En definitiva, haz caso a tu intuición y sigue los dictados de tu corazón.
-Sara Estébanez-
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