Cada vez convivimos más culturas en distintos lugares del mundo. Esto, que se podría ver como un elemento enriquecedor entre las personas, es la causa de la mayoría de los conflictos entre los seres humanos. Y no sólo a nivel personal con el vecino de al lado, sino que nos pasa con todo el mundo, incluso, con nuestra pareja.
Diferencias entre nosotros siempre las hay. Es normal. Cada uno somos de nuestra madre y de nuestro padre. Hemos mamado diferentes valores, diferentes tradiciones. ¿Y qué? No pasa nada. Luego, si nuestra cultura es otra a la persona de al lado, la discrepancia se hará aún mayor. Y repito, NO PASA NADA.
El problema está en nuestra intolerancia, en nuestra falta de respeto por la cultura del otro, en la creencia de que lo que nosotros pensamos es lo correcto y que el otro está confundido. Todo ello es el origen de todas nuestras desavenencias con el otro.
Esto, que nos parece tan normal, es lo que genera el conflicto, ya sea a nivel de pareja o a nivel de sociedad. Si no, analicémoslo. Todas las discrepancias entre culturas y países vienen dadas porque la intolerancia de sus gobernantes. Se creen con la razón absoluta en todo y denigran lo que el vecino piensa, dice o hace. Y lo mismo sucede a nivel de pareja.
¿Por qué no salimos ya de una vez de la batalla con el otro y formamos un Todo en el que ambos dos seamos Uno?
La diferencia siempre va a existir. Pero es lo que nos enriquece, lo que nos complementa. En vez de verlo como un inconveniente, lo podemos ver como una ventaja. Todo depende de en lo que te fijes y a lo que le prestes atención.
¿Qué es lo que os une? ¿Qué es lo que tenéis en común? ¿Qué compartís? Quizá sea una ilusión, un sueño, unos valores… Lo que sea. Siempre hay algo que es lo que hizo que os fijaseis el uno en el otro, que hizo que estuvieseis vosotros dos juntos y no con otra persona. Si respondes a estas preguntas con sinceridad, encontrarás los verdaderos anclajes que hay en vuestra relación. Ahí, no habrá nada referente vuestras diferencias culturales.
Después, cuando ya estéis desde “lo que nos une”, podréis pasar a ver y analizar vuestras diferencias. Pero no para verlas desde el punto de vista de “mi razón es la verdadera y la tuya es la falsa” (eso sólo llevará a la lucha y a la separación); sino para verlo como medio para enriquecer vuestra relación.
Es como los colores. Si unimos el amarillo y el azul, obtendremos el verde. ¿Verdad? Pues lo mismo podemos hacer con los valores, las tradiciones y lo que es importante para los dos. Si hacéis un SUMA basada en el respeto y en el amor, vuestra relación se verá fortalecida a todos los niveles. Y lo que antes era visto como algo negativo y que os podía perjudicar, ahora lo podéis transformar en un pilar dentro de vuestra relación.
Enseñémosle al mundo que se puede vivir desde la Paz y desde el Amor en todos los ámbitos de nuestra vida. Este pequeño cambio que uno da, se puede transformar en algo muy grande para la humanidad. La clave está en ti.
¿Cómo haces tú para estar en armonía con tu pareja?
-Sara Estébanez-
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