… Continuación
Hasta aquí hemos visto todo aquello que os une y las bases de vuestra unión, pero aún quedan más cosas. La atracción física, vuestra relación sexual y los conflictos, que haberlos haylos, son tres puntos de gran relevancia dentro de la unión entre dos personas más allá de la amistad.
El primer día que empezamos a tratar este tema ya hablamos un poco por encima de la atracción física. Ahora lo desarrollaremos con mayor profundidad.
Nos guste o no, somos un cuerpo físico. Tenemos sentimientos, emociones, pensamientos y muchas cosas más. Y la suma de todo ello condicionará nuestra postura corporal, y nuestras reacciones físicas.
A nivel fisiológico, la selección de una pareja heterosexual viene determinada internamente por las características que tenga la persona del sexo opuesto y las posibilidades de procrear de forma efectiva con el otro u otra. Es un instinto animal de selección natural. Sin embargo, dentro de las parejas homosexuales dicha selección se guía por otros aspectos: la corporalidad más o menos desarrollada, el cuidado personal y otros factores.
Pero, independientemente, de cuál sea vuestra orientación sexual, siempre hay algo que es lo que más te gusta y más te atrae de tu pareja. ¿Qué es? ¿Qué parte de su cuerpo es la que más te llama la atención? ¿Cuál estarías perennemente observando, acariciando o besando? ¿Se lo has dicho? Lo más seguro es que tu respuesta sea negativa. A lo mejor ahora es un buen momento para decírselo. Pero seamos un poco picantones, y pongamos la cosa un poco más a tono. ¿Te parece?
¿Por qué no jugamos un poco?
Decir verbalmente qué es lo que más nos agrada o desagrada de alguien tiene su valor. Pero si esto lo hacemos acariciando, masajeando o besando, la cosa cambia. ¿Verdad? Pues pongámonos a ello. Coge a tu pareja e invítala a tumbarse o recostarse sobre una zona mullida. Si te apetece, sería buena idea que le quitases la ropa lentamente y cuando estuviese ahí tendida sin nada que esconda nada de su ser, empezases a alabar sus atributos.
Existen cremas y aceites corporales comestibles que para esta situación estaría muy bien usar. Unge con ello cada una de las secciones de tu pareja. Eso sí, sólo las que más te gusten. Acarícialas, masajéalas, relata qué es lo que más te gusta de cada una de ellas. Y si has usado estos aceites que te recomendaba, ahora es el momento de besar esas zonas y limpiarlas dulcemente con tus labios y tu lengua.
Este “inocente” juego, lo más probable es que acabe más allá y lleguéis a la “siguiente base”. ¿Cómo lo ves tú?
La sexualidad es otro de los aspectos básicos dentro de una relación de pareja. Este es el motivo por el que te acabo de dar un regalo ideal para que compartáis juntos.
Una relación sexual es algo muy íntimo entre dos personas. Cada cual tiene sus propios gustos, e inquietudes. Eres tú y sólo tú quien sabe si se siente sexualmente satisfecho o satisfecha en sus relaciones de cama con su pareja. ¿Qué lo determina? Hay varios factores.
Por un lado está la frecuencia. Tradicionalmente nos hacen ver que el hombre siempre anhela practicarlo más que la mujer. Pero no siempre es cierto. Eso sí, independientemente de quién sea más activo sexualmente, la clave está en compenetraros entre vosotros. Por lo que la siguiente pregunta es de obligado cumplimiento. ¿Sientes que hay compenetración entre tú y tu pareja a nivel sexual? ¿Qué puntuación le darías?
Claro, que para realizar dicha valoración de forma exhaustiva, es necesario que tengamos en cuenta otras cosas como la libertad de hablar entre vosotros del tema, la cantidad de disfrute juntos y la variedad.
¿Te sientes libre de hablar de vuestra relación sexual con tu pareja? Si no es así, a lo mejor es momento de que te sientes con ella y empieces a romper patrones. La mayor parte de los problemas sexuales entre parejas tiene su origen en la falta de comunicación entre ambos miembros.
¿Con quién mejor sino con tu pareja para hablar de vuestra relación sexual? En realidad con quien te acuestas es con ella, por lo que es la persona más adecuada con la que dialogar y llegar a un acuerdo. La cantidad y la variedad en la cama tienen su base en la comunicación. ¿Cómo sabe tu pareja si te gusta que te coma el cuello o no? ¿Cómo sabe si la presión con la que te está acariciando es la adecuada para ti y te sientes excitado/a con lo que está haciendo? Si te fijas, la respuesta a todas estas preguntas es la misma, hablando.
– Sara Estébanez-
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