Hoy vamos a tratar un tema muy controvertido que muchas veces da lugar a que las parejas discutan entre ellas, el dinero y su uso. Estoy segura de que todos, en mayor o menor medida, habéis tenido algún conflicto al respecto. ¿Verdad? Pues hoy os voy a dar unas claves que pueden ayudaros a suavizar la cosa.

La clave fundamental de la que tenemos que partir está en nuestro vocabulario. ¿Por qué? Sencillo. No es lo mismo gastar que invertir, de ahí el título. Veamos la diferencia.

El término gastar, a nivel subconsciente, implica que algo se acaba. Es como la pasta de dientes. Si se ha gastado, es que ya no hay. ¿Verdad? Pues con el dinero pasa lo mismo. Cuando gastamos dinero, nuestro cerebro asume que está perdiéndolo cuando pagamos lo que estamos comprando. Lo siente como una pérdida irrecuperable. Por eso nos cuesta tanto admitir la compra de algo. Lo vemos como algo negativo y emocionalmente supone un desgaste. Hemos perdido algo que consideramos muy valioso para nosotros.

Sin embargo, la palabra “invertir” tiene un sentido totalmente diferente para nosotros. A nivel subliminal el término inversión lo asociamos a algo que en un futuro nos reportará un beneficio. No sabemos cuál, pero internamente pensamos “algo ganaré con ello”.

Desafortunadamente, no nos creemos con capacidad de invertir. La mayoría cree que eso es un acto exclusivo de la gente adinerada. Si hiciésemos una encuesta, la gran mayoría diría que lo de invertir es sólo para ricos. Son los que compran las acciones de los bancos o de las empresas, que ellos no pueden permitirse ese lujo. ¿Cierto, o no? Pero te voy a decir una cosa, eso no es cierto.

Todo el mundo puede invertir, incluso nosotros. Todo depende de la intención con la que compres las cosas. De hecho siempre lo hacemos. Invertimos el dinero en nosotros cuando nos comprarnos comida, ropa, libros… Pero no somos conscientes de ello.

Habitualmente, vemos el acto de la compra como un gasto, no como una inversión en nosotros mismos ni en nuestro propio beneficio. Ese es nuestro fallo. Pese a que el término “invertir dinero” significa “colocarlo en una aplicación productiva”, nosotros vemos nuestra compra como una pérdida de dinero. Pero en realidad no es así. El objeto o servicio que estamos comprando (comida, ropa, libros…) va a reportarnos un beneficio.

El problema viene cuando el beneficio que me reporta la compra que hago es inferior a la inversión hecha. Ahí sí que es una pérdida. Pero si lo que posteriormente ingreso es mayor, habré ganado y mi inversión habrá sido correcta.

Ahora, vista la diferencia entre ambos términos, vuelvo a plantearte la misma pregunta. ¿Tú qué haces, gastas o inviertes? ¿Ves cada pago como una inversión o como una pérdida?

Claro, que ya estoy escuchando los pensamientos de muchos de vosotros: “si convenzo a mi pareja de que todo lo que compro es una inversión, y que tiene que cambiar de forma de pensar, podré comprarme todo lo que quiera”. Todo lo contrario. Por favor, no se me malinterprete.

Mi intención es otra. Creo que estamos sumidos en una sociedad de consumo en la que nos han enseñado que si no compramos compulsivamente lo último de lo último de todos los artículos que nos ofrecen, no podremos ser felices.

En mi opinión, todo lo que compramos deberíamos hacerlo preguntándonos qué beneficio nos reporta y, qué ganamos teniéndolo. Esa es la clave. ¿Qué te aporta tener lo que te estás planteando comprar? ¿Qué ganas con ello? ¿En qué te beneficia? ¿Es mayor lo que te reporta que la inversión que te supone adquirirlo?

Si respondiendo a estas preguntas descubres que en realidad lo que te estás planteando comprar, no te aporta nada, o ya te lo está aportando otra cosa que ya tengas en casa, te diría que no lo comprases. La mayoría de nosotros tenemos en casa infinidad de cosas materiales que no usamos, incluso, que están sin estrenar.

Pero, por el contrario, si tu respuesta a las cuestiones anteriores te demuestra que ganas con ello teniéndolo, adelante, cómpralo. Eso sí, siempre que esté dentro de tus posibilidades. Recuerda que, como comentábamos en un artículo la semana pasada, nuestras decisiones influyen a los de nuestro alrededor, no sólo a nosotros mismos.

-Sara Estébanez-

Desde Caricias y Besos nos gustaría acompañarte en ese camino de autoconocimiento y crecimiento personal dotándote de todos los recursos necesarios para que puedas alcanzar una vida plena y feliz. Y de este modo la puedas llenar de pasión.

Si deseas encontrar pareja, aumentar la pasión con ella y mejorar tus relaciones, pincha en Caricias y Besos, y dale a “Me Gusta”.

www.facebook.com/relacionesdepareja/

 

Si quieres saber más sobre este tema, tenemos dos talleres en los que podrás profundizar más. Aquí te dejo los enlaces para que los veas.

 

Comprendiendo la Realidad Básico

Comprendiendo la Realidad en Pareja