El otro día en una de las consultas que tengo para ayudar a mejorar las relaciones sexuales dentro de la pareja estuvimos analizando cómo esperaban al sábado para poder tener encuentros íntimos.
Ni bueno ni malo es esto. El problema viene porque durante toda la semana no existía ningún tipo de contacto físico, y cuando llegaba el sábado surgía la expectativa mental y la exigencia al cuerpo de que se excitara cuando ellos querían.
Esperar que el cuerpo responda sin haber hecho nada y además que lo haga cuándo y cómo yo quiero es bastante injusto además de frustrante.
De esta manera lo único que habían conseguido era empeorar la situación íntima entre ambos.
Uno de los planteamientos que les hice es comenzar por reencontrarse el contacto físico a lo largo de toda la semana, sin la expectativa de que vaya a ir más allá.
Los besos de tornillo por la mañana antes de que se fueran a trabajar son muy excitantes puesto que provocan que la cabeza esté pendiente de un tema que antes no estaba. Al cuerpo también le encanta la sensación de un beso de tornillo por la mañana.
Abrazos largos, cogerse de la mano tanto por la calle como en el sofá viendo la tele, suaves caricias por el pasillo cuando nos encontramos…. El objetivo que pretendemos con esto es volver a conectar con la pareja.
Dar prioridad a tocarnos por el mero hecho de sentir y notar a la pareja. Notar su piel, su boca, el olor corporal que desprende.
Estar más tiempo en lo que siento y no en lo que pienso.
Las sensaciones abren las puertas al placer.
-Ruth Fernández-