Cuando estamos pasando por un mal momento lo que solemos necesitar es un abrazo que nos de calor. Ese calorcito que se nos mete en el pecho y nos hace sentir bien y en calma.
El abrazo de la pareja es fundamental para encontrar ese calor que nos acomode el corazón y nos haga sentir serenos/as. Todos en algún momento necesitamos a alguien que nos sostenga entre sus brazos y nos diga “tranquilo/a, las cosas van a mejorar”. Sea o no cierta esa conclusión, todos/as necesitamos escucharla.
Los mensajes recibidos por parte de la sociedad son del estilo “tú puedes”, “tienes que ser independiente”, “sácate las castañas del fuego”, “que no te vean débil”, así podría estar hasta el infinito nombrándolos.
Seguro que los has oído en más de un momento vital, igual que yo, y de tanto que los hemos escuchado hemos acabado por creérnoslos.
Es cierto que tenemos que aprender a ser autónomos en esta vida, pero no es lo mismo ser autónomos que ser independientes. Ser capaces de entender que hemos de aprender a pedir ayuda, de agradecer lo que nos ofrecen.
Necesitamos, y está bien necesitar, que alguien nos sostenga y nos proporcione ese lugar dónde sentirnos cómo en casa y notar el calor de “todo irá bien”.
Acurrucarse entre los brazos de alguien nos ayuda a seguir adelante en los momentos difíciles.
Si tienes pareja y no te proporciona ese hogar y calor, revisa qué está pasando. Algo no funciona si en tu relación sentimental no te sientes de esa forma.
Todos/as necesitamos calor.
-Ruth Fernández.-