Quizás una de las tareas más complejas del ser humano es aprender a desnudarse emocionalmente. Es mucho más difícil que quitarse la ropa.

 

Cada cual elige con quien se abre de tal forma que le deja ver lo más profundo de su alma y su ser.

 

Para poder establecer un vínculo sano y estrecho con la pareja, la desnudez emocional no es negociable. Tiene que darse sí o sí, porque en caso de ausencia la relación se puede tambalear.

 

¿Qué es desnudarse emocionalmente? Definir este concepto es bastante complejo, igual que su ejecución.

 

Cuando hablamos de desnudez emocional nos estamos refiriendo a esos momentos dónde la intimidad de la pareja es de tal profundidad y con tal seguridad que contamos aquellas cosas, experiencias, pensamientos, miedos… que están en lo más profundo.

 

Narramos aquello que quizás por vergüenza o miedo no nos hemos atrevido a decir antes. Esos sentimientos que a veces se quedan dentro por “si nos dejan”, “por si dejan de quererme”, “por si me juzgan”…Todos esos “por si” que nos complican tanto la vida.

 

Para abrirte al otro/a elige el momento dónde te veas más cómodo, más seguro.

 

Cada cual tiene su tiempo y lugar. No tengas prisa. Tan solo ve haciéndolo paso a paso.

 

Es igual que cuando nos quitamos la ropa la primera vez que vamos a mantener relaciones con alguien, no empezamos por los pantalones, comenzamos por prendas más pequeñas.

 

Si hacemos una similitud elige un tema o una confesión del tamaño de un calcetín. Pequeña y sin mucha profundidad en ti.

 

Las relaciones mejoran en cuanto los miembros que la forman están más cómodos y seguros juntos que permite que puedan ir abriéndose del todo al otro/a.

 

-Ruth Fernández-