Uno de los principales problemas con los que nos solemos encontrar en consulta es la disminución de la libido. Y no sólo a nivel de pareja, a nivel personal e individual también es bastante frecuente.
Los motivos que llevan a que ésta entre en estado de letargo pueden ser muchas. Las causas más frecuentes suelen ser la monotonía dentro de la relación de pareja o la progresiva entrada al estado de hibernación cuando no tiene pareja.
Independientemente de cuál sea la causa que te haya llevado a ello, tú puedes hacer que tu apetito sexual crezca. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo.
Lo primero a tener en cuenta es nuestra disposición mental. En realidad, el cerebro es nuestro órgano sexual más poderoso. Una muestra de ello está en lo que les pasa a casi todos los hombres cuando ven a una mujer que les atrae sexualmente o piensan en una fantasía sexual. Se empalman nada más vera. No pueden evitarlo. Es una respuesta inconsciente. Esto que muchas veces se ve como inconveniente, lo podemos transformar en una ventaja.
Si nuestra mente subconsciente responde automáticamente a los estímulos sexuales, ¿por qué no usar dichos estímulos a nuestro favor? Si estimulamos nuestro cerebro en el campo del erotismo y de la sexualidad, nuestro cuerpo responderá a ello haciendo que nuestro deseo sexual despierte.
Claro que cada uno responde de diferente manera a un mismo estímulo, por lo que deberás descubrir qué es lo que hace que tu deseo suba de tono. Aquí te ponemos algunos ejemplos, luego tú busca cuál te gusta más. Como primer ejemplo tenemos la ropa. ¿Qué tal si vistes ropa que te haga sentir sexi? ¿Y si juegas con la ropa interior? No es lo mismo llevar el mismo slip o la misma braguita de todos los días, que ponerte un tanga, o una prenda roja o imitando la piel de leopardo. Y ya, si eres más atrevido/a, ¿qué tal si vas con nada debajo de tus pantalones o de tu falda? Ahí la excitación puede ser máxima. Incluso, si tienes pareja, una cena romántica en la que los dos estéis desnudos de cintura para abajo puede hacer maravillas.
Otro elemento a tener en cuenta son las fantasías eróticas. ¿Tienes alguna fantasía? ¿Por qué no cumplirla? A lo mejor tu pareja te sorprende y llegáis al summum antes de lo que os imagináis.
¿Qué no tienes tu propia fantasía? No hay problema. Existen infinidad de novelas eróticas y de películas en las que sumergirte y con las que descubrir múltiples juegos con los que hacer despertar tu deseo.
Pero hay más cosas a parte de nuestro cerebro. Está nuestro cuerpo. No podemos olvidarnos de él. Un buen masaje con tus propias manos usando algún aceite corporal puede ser muy estimulante. Esto ayudará a que tu cuerpo despierte y responda a la estimulación que se le dé. Lo ideal es que primero recorras toda tu anatomía: pies, piernas, cara, cuello, hombros, manos, brazos, tripa, pecho y por último, finalices con tus genitales. Muchas veces se nos olvida que nuestra piel es nuestro órgano sexual más grande y más extendido por nuestro cuerpo. Incluso, si tienes pareja, puedes proponerle el aplicaros mutuamente un dulce masaje.
Eso sí, para poder hacer un buen masaje, es necesario que nuestro cuerpo esté lo más limpio posible. ¿Qué tal un bañito de espuma tú y tu pareja juntos? Y si quieres que la cosa sea más encendida, podéis prohibir el tocaros los genitales el uno al otro. Así, el deseo sexual irá en aumento.
Por último, para finalizar, y para ser más malas aún, os proponemos algo muy sugerente. ¿Qué tal meter mano a tu pareja y dejarle a medias? Somos conscientes de que esto a más de uno y de una le supondrá un esfuerzo ímprobo, pero con este pequeño juego la libido despierta una barbaridad.
Si quieres saber más sobre este tema, no dudes en preguntarnos. Estaremos encantadas de ayudarte y ayudaros.
-Sara Estébanez-
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