En artículos anteriores hemos hablado del Amor hacia nosotros mismos o a los demás. ¿Pero cómo nos demostramos el Amor a nosotros mismos? Sabemos que es una pregunta complicada, pero me gustaría que te tomaras un tiempo para reflexionar y pensar de qué manera te demuestras que te Amas.
Ser conscientes del tipo de Amor que nos dedicamos es fundamental para tener una buena autoestima y un equilibrio emocional. Nuestro lenguaje del amor nos dará pistas de lo que debemos cambiar sean estos frases, acciones y/o pensamientos. Son las tres formas que tiene el ser humano de desmostarse afecto y amor a sí mismo.
La forma cómo nos hablamos es fundamental para conseguir estar bien. La gran mayoría de las personas se regañan y a veces de una manera muy cruel cuando cometen un error. Pero pocos se premian o felicitan cuando aciertan o consiguen algo beneficioso para ellos. Aquí entran en desequilibrio, poniendo el foco sólo en lo malo. Os invitamos a que durante unos días dediquéis parte de vuestro tiempo a observar qué tipo de palabras, frases os dedicáis. Una vez hayáis hecho esto, intentar cambiarlas por un lenguaje más positivo y una crítica constructiva.
Otro de los errores que suelen cometer las personas, es no darse premios y/o regalos cada cierto tiempo o cuando han superado pruebas de nivel. La gente suele ser más generoso con el otro que con uno mismo. Esto hay que empezar a cambiarlo. No se trata de estar todo el día dándose caprichos ni premios ni regalos. Pero sí cuando somos conscientes de que hemos superado una prueba difícil (sea en el ámbito que sea) Vale desde un buen café, un trozo de tarta hasta algo más grande o costoso si la prueba ha sido muy importante. También valen cosas simbólicas que nos recuerden que fuimos capaces.
Para terminar he dejado los pensamientos. Dedicamos mucho tiempo a pensar en cómo queremos que sean nuestro futuro, a analizar cómo creemos que van a ser las cosas o a revisar lo que el día nos ha deparado. Por regla general las personas tienen tendencia al lado negativo, a pensar en cómo le va a ir de mal o a ponerse en la peor de las situaciones. Por probabilidad estadísticas esto es tan solo el 50% ¿qué pasa entonces con el otro 50%? Pues que no lo contemplan. Os invito a pensar en el otro 50%, el lado positivo. Es mucho más útil y además más productivo, nos ayuda a darnos cuenta de los pasos a seguir y encontramos seguro el camino. Cambia la óptica, no te cuesta nada.
-Ruth Fernández-
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