Interesante el título del artículo de hoy, ¿verdad? Seguro que te lo parece. Siempre me ha llamado la atención cómo las personas en general no estimulan el deseo, no lo potencian e incluso en más de una ocasión, lo abandonan.
Una gran parte de nuestro deseo está en nuestro cerebro. Es nuestro órgano sexual más importante. Por tanto una de las mejores formas de estimularlo es con lecturas interesantes, fantasías eróticas que hagan que la parte química empiece a funcionar y envíe mensajes al resto del cuerpo. Jugar a seducir y dejarse seducir con la pareja es otra forma de despertar el deseo sexual.
Pero se me ha ocurrido que quizás introduciendo en nuestra alimentación una serie de alimentos podemos favorecer el aumento del deseo y mejorar el vínculo con la persona amada. Hay muchos alimentos que pueden hacer esto. Para el artículo de hoy, he elegido 3 que para muchos son desconocidos o menos habituales dentro de la alimentación.
El primero al que hago referencia son las Frambuesas negras. Son unas grandes desconocidas, más allá de su utilización en repostería o mermeladas. Poca gente conoce que si las ingieres antes de una relación sexual hace que ésta sea más prolongada, con lo que está permitiendo que las parejas pasen más tiempo juntas disfrutando del sexo y que éste sea más placentero. Os invito a probar y a experimentar con este alimento.
Otro desconocido dentro de los estimulantes del deseo, es el Clavo (la especia) muy utilizado en la India para tratar la disfunción sexual en el hombre. Se puede utilizar de múltiples maneras, en infusión o espolvoreándolo en las comidas. Con esta especia conseguimos que mejore el aliento, con lo que los besos serán más apasionados y más frecuentes. Recordar que el amor y la pasión pasan por la forma como nos besamos.
He dejado para el último, un alimento mucho más conocido como fuente de estimulación pero poco utilizado para ello, los Higos. A mucha gente le sonará haber oído en algún lugar que los higos son excitantes. Pues es cierto. Cuando los comemos consiguen que segreguemos feromonas, esa sustancia química que nos hace más deseables. ¿Qué crees que pasaría si tu pareja y tú preparaseis un plato de higos antes de hacer el amor?
Invito a las parejas a que preparen una buena cena, regada con un buen vino (también potencia el deseo porque nos desinhibe) y como postre, unos higos y unas frambuesas negras. Todo ello acompañado de una infusión de clavo. ¿Qué pasaría después? ¿Y si el cuerpo de vuestra pareja se convierte en el plato del que comer tan deliciosos manjares?
Tan solo vosotros ponéis el límite a la pasión y el deseo que surja en ese momento.
-Ruth Fernández-
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