¿Habéis oído alguna vez hablar del acoplamiento sexual? Seguramente muchos de vosotros/as sí que os sonará de algo, otros muchos sabéis a qué me estoy refiriendo y otros no. Para muchas personas es un tema desconocido pero debemos tenerlo en cuenta para el disfrute del placer sexual al lado de alguien.
Cuando nos referimos a “acoplamiento sexual” estamos queriendo decir el tiempo que necesitan las personas para congeniar y entenderse a nivel sexual con otra persona. No nos referimos al deseo. Sino al tiempo que transcurre para tener confianza con el otro, poder ser capaces de decirle lo que nos gusta y lo que no, conocer los cuerpos. Así de esta manera se potencia el disfrute sexual, el placer y los orgasmos son más intensos.
Es cierto que con algunas personas con las que nos cruzamos en el camino parece que todo es fácil a nivel sexual. Y no vamos a negar que en algunos momentos es así además de rápido y placentero. Pero no siempre es ocurre esto. Por lo que debemos tener en cuenta cuando conocemos a alguien y entran en juego una serie de emociones y sentimientos, que al principio a nivel sexual podemos necesitar tiempo hasta que entendernos.
Las creencias sobre que la sexualidad tiene que ser fácil, que nos tiene que salir “de dentro”, que con el deseo vale… Estas y otras muchas ideas sobre el disfrute sexual están rondando por nuestra cabeza y en multitud de ocasiones nos entorpecen poder conectar con la persona con la que estamos, y lo que es aún más grave, dejarnos llevar por el disfrute.
Un requisito que debemos de tener presente es no comparar las nuevas experiencias sexuales con historias del pasado. Aunque recordemos con verdadero alborozo aquellos encuentros de pasión y lujuria. No es justo para el momento presente en el que estamos instalados.
Cada persona es un mundo, cada historia es nueva, de nada nos vale estar recordando lo bien que lo pasamos antaño si no podemos todas nuestras ganas en la relación que estamos teniendo ahora. Sea del tipo que sea la relación: larga, corta, solo sexual… Dedicarle lo mejor de nosotros a lo que estamos viviendo ahora es fundamental para tener calidad de vida.
Recordar que el placer debe de acompañarnos a todos los lados. En cada momento debemos ser conscientes del disfrute, no solo cuando queremos tener sexo con alguien. Recrea mentalmente qué cosas te hacen sentir bien, también en la cama. Pon el cerebro a funcionar, la piel y todo tu ser al servicio de tu propio disfrute. Después verás como todo mejora con la persona con la que compartes vivencias.
Si alguien nuevo aparece en tu vida y sientes la llamada del deseo, dedícale tiempo, paciencia, caricias, besos, sensualidad y todo lo que quieras para compartir momentos de placer y encuentros de disfrute.
Las prisas no son buenas, y en la cama, menos que en ningún sitio.
-Ruth Fernández-
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