Desde muy pequeños hemos ido aprendiendo un montón de cosas: a andar, a hablar, a leer y escribir, a sumar, multiplicar… Y así hasta el infinito. De hecho, todos los días aprendemos algo, ya sea un poquito o un “muchito”.

Pero a pesar de estar aprendiendo eternamente, siempre habrá “asignaturas” en las que necesitemos un poquito de apoyo y refuerzo para poder pasar al siguiente nivel.

En la escuela, el instituto y la universidad nos enseñan un montón de contenidos. Desde leer y escribir, hasta a sacar un diente si estudiamos odontología o a ser el mejor magistrado del tribunal constitucional si estudiamos derecho.

Sin embargo, hay otro montón de “asignaturas” que en todo nuestro sistema educativo no nos enseñan. Y pongo “asignaturas” entre comillas porque en ningún programa educativo aparecen. Son temas que sólo aprendemos a lo largo de la vida. Muchas veces a base de tortazos porque nadie nos ha enseñado ni nos ha educado en ese tema o “asignatura” en concreto. Ejemplos los hay a millares. Para empezar, están todos aquellos que “omitimos” cada vez que hacemos una elección entre ciencias o letras o entre una carrera u otra. Pero luego hay otros realmente importantes que nadie nos enseña.

Para empezar, a nivel personal nadie nos ha enseñado a crecer internamente y potenciar nuestro desarrollo interno como persona. En ningún lado nos hemos encontrado con las asignaturas de autoestima, desarrollo personal, cómo dar sentido a tu vida o cómo tomar decisiones. ¿Verdad? Claro, esto nos lleva a encontrarnos con personas con baja autoestima, que no saben qué hacer en su vida, que son incapaces de escuchar a su propio corazón y mucho más.

Y la cosa no acaba ahí. En el campo de las relaciones humanas pasa tres cuartas de lo mismo. Muchas veces adolecemos de inteligencia emocional y de empatía. No sabemos cómo relacionarnos con las personas del sexo opuesto, cómo ser asertivos, o cómo poner límites a alguien.

Y a nivel de pareja y sexual mucho más. ¿Por qué? Sencillo. Porque esto, desgraciadamente, en la mayoría de las familias y sistemas sociales ha sido y es un tema tabú del que no se puede ni hablar. Esto, muchas veces, hace que tengamos problemas de comunicación y de cama con nuestra pareja. Tanto, que en la mayoría de los casos nos lleva a las tan temidas crisis de pareja.

Pero ojo, no os autocastiguéis. No es porque seáis malas personas, de verdad. Es porque nadie os ha enseñado a relacionaros con vuestra pareja. Nada más y nada menos. Como mucho, lo que haréis será repetir mismo lo que habéis visto en casa. Y claro, como a vuestros padres tampoco les ha enseñado nadie, lo harán lo mejor que puedan y sepan.

Pero no desesperes. Afortunadamente, la psicología y todo lo concerniente a las relaciones humanas han crecido mucho. Ha aparecido el coaching. Y más concretamente el coaching de pareja y el coaching sexual. ¿Qué puedes lograr con todo ello?

A través de un proceso de coaching de pareja, podréis cubrir ese vacío que sentís entre el lugar donde se encuentra vuestra relación y el lugar donde queréis que esté. Aprenderéis a comunicaros con vuestra pareja, a empatizar con el otro, a poner límites de forma asertiva y muchas cosas más. En definitiva, a potenciar vuestra relación y diseñar la relación de pareja y sexual que realmente deseáis.

Un proceso de coaching de pareja es para vosotros si queréis:

  • Mejorar la comunicación entre vosotros.
  • Tener menos discusiones.
  • Crecer juntos.
  • Salir de la monotonía en vuestra relación, ya sea en la cama o fuera de ella.
  • Aumentar la pasión entre vosotros.
  • Hacer de vuestra relación sexual algo divertido y placentero para los dos.

En definitiva, mejorar vuestra relación en aquello que deseéis.

-Sara Estébanez-