Os voy a hacer una pregunta ¿cuál es para vosotros/as el objetivo de la sexualidad? No quiero que penséis que esto es un examen. Simplemente quiero que cada persona que lea el artículo se plantee una serie de cuestiones que se están dando actualmente con respecto a la sexualidad.

De un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta, tanto en consulta como en la vida personal, que la gente está muy obsesionada con conseguir el mayor y mejor de los orgasmos cada vez que mantienen relaciones sexuales. Y cuando no lo consiguen, su conclusión suele ser “no he podido, algo me pasa, esto no es normal”. Afortunadamente esto no le pasa a todo el mundo.

No estoy diciendo que el orgasmo sea malo, todo lo contrario, es buenísimo, placentero y es una consecuencia después de haber disfrutado con la persona que estemos manteniendo relaciones. O con nosotros mismos.

El problema aparece cuando de lo único que estoy pendiente es de conseguirlo, y además de sentirlo de una manera determinada. Normalmente como mi cabeza ha creído conveniente que  tiene que ser un orgasmo. Conclusión a la que se suele llegar después de haber escuchado miles de historias de otros y la cabeza hace un fotomontaje de cómo debe de ser un orgasmo.

La imaginación es muy poderosa utilizándola a nuestro favor es una de las mejores herramientas para conseguir nuestros logros y objetivos en la vida. Pero en el caso de la sexualidad se está utilizando de mala manera generando una serie de presiones con respecto al objetivo de la sexualidad y cómo debe de ser un orgasmo que está generando problemas a las personas.

Cada cual debe de decidir cuál es el objetivo de sus relaciones sexuales. Para mí siempre ha sido disfrutar y pasármelo bien, independientemente de que acabe en orgasmo o no. Las relaciones sexuales ya sean con uno mismo como con otros es un viaje de placer y autoconocimiento personal. Nos permite conocer nuestro cuerpo mejor, conocer al otro, aumentar las posibilidades de obtener placer y para todo esto debemos estar presentes en lo que estamos haciendo no en lo que “deberíamos estar sintiendo”.

Este estar fuera del momento presente genera un problema que solemos llamar “síndrome del espectador” que consiste es una especie de desdoblamiento de la persona que hace que esté analizando desde fuera lo que está ocurriendo y haciendo un análisis desmedido y exigente Así está claro que el placer es imposible y dificultad hasta el extremo la consecución del orgasmo.

Retomemos el contacto con el cuerpo, dejémonos llevar por el placer y las emociones que estemos sintiendo en ese preciso instante.

Disfrutemos del viaje maravilloso que nos ofrecen las relaciones sexuales.

-Ruth Fernández-